Siempre que caigo en cuenta de que te espero me dan ganas de poder correr más rápido, para poder llegar con prontitud hasta donde estás. Corriendo a ciegas sí, pero con la esperanza de que perdido entre la niebla de la vida y el destino pueda dar contigo.
También me dan ganas de ser una enorme estrella y poder
brillar más que ninguna otra de las que hay en el cielo. Así podrías verme
entre la oscuridad y acercarte a mí. Tal vez si te miro moverte hacia mí, en
contra de la corriente podría saber que eres tú esa persona a la que esperaba.
O también quisiera ser mucho más inteligente, a lo mejor
así, de entre todas las personas, quitando las dudas y los miedos de mi mente,
podría darme cuenta de que estás cerca, o no. Podría darme una mejor idea del
que si o del que no hacer para llegar a donde quiera que pudieses estar.
O más fuerte. Mucho más fuerte y resistente. Así podría avanzar
día y noche sin descanso para seguirte el rastro. Porque algo me dice que estás
tan delante de mí que en lugar de esperarte yo a ti, tú me esperas a mí.
Pero no, no soy ni demasiado rápido, tampoco soy una
brillante estrella en el cielo, tampoco soy demasiado inteligente o fuerte.
Pero así te espero, con lo poco o mucho que tengo. Así cuando me canso de
correr intento brillar aunque sea un poco, o hago el esfuerzo por usar la cabeza
para después avanzar hasta donde mi fuerza me deje.
¿Cuando llegue a ser todo lo que quiero ser estarás esperándome ahí o llegarás después?
¿Cuando llegue a ser todo lo que quiero ser estarás esperándome ahí o llegarás después?
No hay comentarios:
Publicar un comentario