¿Qué harías si te dijeran “vas a morir en una semana?
La gran mayoría de las personas seguramente intentaría hacer en tan solo siete días, todo aquello que no pudieron o no se esforzaron realmente en hacer en toda su vida. Supongo que es normal sentir esa desesperación por vivir todo aquello que siempre se deseo pero, con el constante peso del tiempo a nuestras espaldas, que irónicamente entre menos es más nos pesa, ¿realmente podríamos disfrutar de todas esas experiencias?
La gran mayoría de las personas seguramente intentaría hacer en tan solo siete días, todo aquello que no pudieron o no se esforzaron realmente en hacer en toda su vida. Supongo que es normal sentir esa desesperación por vivir todo aquello que siempre se deseo pero, con el constante peso del tiempo a nuestras espaldas, que irónicamente entre menos es más nos pesa, ¿realmente podríamos disfrutar de todas esas experiencias?
Ahora ¿Qué harías si te dijeran que vas a morir en dos o
tres años? ¿Sería lo mismo?
Dos o tres años, comparados con una semana es un tiempo considerable. Suficiente como para poder intentar y fallar en la búsqueda de lo que queremos, incluso para tomar un descanso y seguir otro día. Imagino que una persona en esa situación se compadecería unos meses, después desquitaría su ira de alguna manera, posiblemente contra las personas que la llegaron a dañar, y de ahí, en los últimos meses de su vida intentaría pedir perdón y se arrepentiría de las cosas que hizo mal.
Dos o tres años, comparados con una semana es un tiempo considerable. Suficiente como para poder intentar y fallar en la búsqueda de lo que queremos, incluso para tomar un descanso y seguir otro día. Imagino que una persona en esa situación se compadecería unos meses, después desquitaría su ira de alguna manera, posiblemente contra las personas que la llegaron a dañar, y de ahí, en los últimos meses de su vida intentaría pedir perdón y se arrepentiría de las cosas que hizo mal.
Hay una teoría que siempre me ha parecido muy curiosa, se
trata del sapo hervido.
La teoría dice que si tienes una olla con agua hirviendo y sueltas un sapo
dentro de ella, el sapo saltará y hará lo posible por salir de ahí pero, si
tienes una olla con agua fría y metes en ella al sapo, para después comenzar a
calentar el agua poco a poco, el animal se quedará ahí hasta terminar hervido.
Las personas, por lo menos a mi parecer, somos como esos
sapos, que a menos que tengamos los problemas encima no intentaremos
resolverlos. Se trata de un rasgo humano muy peculiar y triste. Si alguien nos
hubiera dicho que, por ejemplo, el mundo se terminaría el 21 de diciembre,
siendo un 15 de diciembre, seguramente las masas en todo el mundo cantarían el
himno a la alegría, pedirían perdón y demás a esperas de llegar a los últimos
momentos en un estado más puro, pero la cosa no es así. Se nos ha avisado con
años de anticipación y ¿Qué ha hecho la humanidad? No ha detenido las guerras,
ni tampoco ha comenzado a proteger más el agua, ni se ha vuelto más honesta o
más respetuosa o más tolerante…
Hay personas en el mundo que se han fabricado un bunker o refugios especiales
para proteger a quienes quieren, pero ¿y si no pasa nada en diciembre?
Si ese fuera el caso la gente se quedaría con lo que tiene,
lo bueno y por supuesto lo malo, todos los problemas. El agua indudablemente se
va a terminar y las guerras inminentemente se desatarán. “Pero falta mucho” o
por lo menos eso queremos pensar.
Vamos a terminar hervidos como sapos…
Vamos a terminar hervidos como sapos…
No hay comentarios:
Publicar un comentario