De entre los dos caminos por los cuales la vida me podría llevar, no puedo decir si el mejor era vivir sin ser consciente de que la vida tiene un final y esperar plácidamente a que llegaras o si lo mejor es vivir con este constante recordatorio de que voy avanzando contra reloj a tu encuentro, pero avanzando al fin.
Tampoco es que importe tanto la respuesta, es por eso que no me lo pregunto con frecuencia. El hecho innegable aquí es que lo sé, y avanzo y busco. Lo que me lleva a la pregunta que en realidad si suele entretenerme de vez en cuando. Yo, moviéndome y descansando lo menos que puedo, ¿aun puedo decir que estoy esperando?
Esto ya no es más una cuestión de tiempo o lugar, ahora se ha vuelto simple y llana fe.
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